Sobre España y fonética
Me mudé a Madrid en septiembre del año pasado. Los meses que han transcurrido desde que llegué han sido bastante intensos. Me he dado cuenta de que Madrid es una ciudad. Sin más y sin menos. Grande, diversa e inabarcable. Como cualquier otra ciudad, imagino. No obstante, Madrid tiene su propia forma de ser única. Se parece bastante a otras ciudades en las que he vivido, pero también es profundamente diferente de todas ellas. Sea como fuere, llevo varios meses en Madrid y ya les voy poniendo cara y cuerpo a las calles que, en un principio, eran solo paradas de metro. La historia que vengo a contar empezó hace un par de semanas. Estaba en casa charlando con mis compañeros de piso, que son madrileños —pero no gatos—, y les comentaba que no conocía nada del sur de Madrid: solo había llegado hasta Legazpi. En ese momento, uno de ellos me pidió, sin ocultar su confusión, que repitiera lo que acababa de explicarles: «nada, eso, que por debajo de Legazpi no conozco nada». Legazpi es un barri...